Siguiendo en la tercera jornada de la Madrid Fashion Week, desvelamos el secreto de la puesta en escena que Juanjo Oliva tenía preparada la ocasión. Como si de un cuadro se tratase, después de abrirse el telón, apareció ante los ojos de los asistentes un escenario que simulaba un salón y sirvió de imagen de fondo del desfile.
Con un estilo muy clásico y elegante que recordaba a los años cincuenta, la idea de esta puesta en escena viene dada como excusa para explicar el mensaje que Juanjo Oliva quiere dar a conocer con esta colección: el mantenimiento del vestido como prenda a la que se puede dar diferentes usos.
Es decir, pretende romper con la idea de que los vestidos son únicamente para las "grandes ocasiones" y explica que su uso también puede hacerse hasta para recibir a unos amigos en casa. En este sentido, el escenario se estructura como un espacio versátil que puede ser tanto un hotel como un hogar.
Predominio del 'one piece'
Casi la totalidad de las prendas que Juanjo Oliva ha presentado son de una pieza, o one piece; normalmente vestidos y monos. Muchos de ellos venían acompañados con una bufanda de zorro o bisón.
La apuesta de los colores de esta temporada volvieron a ser los tonos más oscuros : morados, granates, azules y verdes estilo mate y más bien oscuros, con cierto aire metalizado, muy acordes para la temporada invernal.
Las prendas más exitosas fueron los vestidos cortos con falda de vuelo, elaborados con seda y tejidos finos y cortes y líneas curvas. También predominó el escote de pico tanto por espalda como por el pecho.
No obstante, a pesar de que los protagonistas fueron los vestidos, no faltaron los conjuntos de dos piezas como los pantalones de talle alto, de estilo muy masculino, o los monos, que vuelven con fuerza la próxima temporada.