Es evidente que la tecnología ha cambiado nuestra forma de vivir, la cual impregna todos y cada uno de los aspectos que la integran. Vale la pena entonces, empezar a reflexionar sobre la tecnología en la vida cotidiana. Un paisaje completamente moderno que gira en torno de dispositivos móviles, aplicaciones y máquinas con inteligencia artificial. Y es por todas estas razones enumeradas que los procesos artesanales y la tradición allanaron el camino en cuanto a avance se refiere. Logrando multitud de transformaciones que antes sólo eran posibles en nuestra imaginación y hoy en día forman parte de nuestra vida diaria. Tradición que se preserva y sobrevive a través del tributo y la reinterpretación valiente de la historia del arte.
' Una casa de tradiciones, no tradicional ', con esta frase reflexionaba el director creativo de Loewe, Narciso Rodríguez, a su llegada a la maison del 'escarabajo' en 1980. Tiene 146 años y la icónica firma española, Loewe, continúa siendo un éxito indiscutible. El director creativo de la firma, Jonathan Anderson, se ha convertido en uno de los mayores genios de la última década. Un diseñador con cara de adolescente, pantalones vaqueros rectos y cabeza de comisario cultural de museo que expresa su arte en la pasarela. Pues bien, hoy Loewe es un caso de éxito global. Su diseñador ha sabido cambiar y combinar el ADN de la marca con modernidad, lujo y arte. Ha incorporado a su catálogo de moda y accesorios el bolso Puzzle, el cual lucha contra el Amazonas por la hegemonía del accesorio clásico de Loewe; su bohemia y romántica colaboración con la boutique de Ibiza Paula's; su colección cápsula que rinde homenaje al movimiento Arts and Crafts de William de Morgan y, por si fuera poco, ha conseguido posicionar España en el mercado internacional.
La relevancia de la cultura asiática en términos de creación y números es creciente, pero hoy no vamos a hablar de ventas sino de creatividad. En el imaginario y universo del diseñador occidental siempre ha existido una gran fascinación por Asia y su cultura tradicional. En torno al imaginario del jardín zen, la caligrafía y la naturaleza oriental, Loewe muestra en su nuevo volumen las propuestas para la próxima primavera- verano 2020. Una colección artística de Asia oriental que se coordina en un escenario de ensueño: el Jardín de la Paz. Situado en la Maison de l'Unesco, este espacio único diseñado por el creador Isamu Noguchi, el artista que creaba espacios de formas muy alejadas de las que realizaban los paisajistas y jardineros de la época: Noguchi veía los jardines como una escultura única para lograr un equilibrio según los principios estéticos de los jardines japoneses y esculturas abstractas.
LOEWE, A LA CONQUISTA DE ASIA
Desde la ribera del río y a golpe de combinar tradición y una puesta en escena muy colorida, esta propuesta de moda se inspira en los siglos XVI y XVII - en palabras de su director creativo, Jonathan Anderson- sin perder de vista los paisajes históricos y la innovación tecnológica. Los cambios escenográficos se realizan en mitad de las escenas sin que caiga el telón. El blanco y negro se combinan estéticamente impreso en los diseños, con ciertas cesiones a tonos tierra, y la joya de la corona, bolsos con cortes más tradicionales que se transforman con acabados en piel y toques orientales para dar una nueva dimensión a los estilismos de prêt-à-porter. La publicación número 30 - con dirección artística y diseño en París- se imprime en un volumen encuadernado en tela, en una edición limitada de 1.200 copias numeradas a mano. Un nuevo número que puede descargarse en su versión digital a través de la plataforma iTunes.