Galería: Kim Kardashian en su era Balenciaga
En el episodio 7 de 'The Kardashian', Kim abría las puertas de su impresionante almacén en el que acumula más de 30.000 prendas de ropa que ha ido acumulando a lo largo de casi 2 décadas y que sirven de archivo personal para repasar todos sus looks a lo largo de los años. Cajas, estanterías y burros cuentan con prendas de una larga lista de importantes marcas como Balmain o Celine y por supuesto Balenciaga y Jeezy. Una revelación en el reality con el timing perfecto para que la propia Kim hiciese una revelación hasta ahora desconocida: entre todas esas prendas estaba también en look que llevó a la boda de su hermana Kourtney.
Así es, la gran -tercera- boda italiana de la mayor de las hermanas estaba patrocinada por Dolce&Gabbana, una de las firmas más icónicas del país -y también más desprestigiada en los últimos años-. Una campaña publicitaria sin precedentes que ha traído consigo ganancias de 35 millones de dólares para la marca y todo gracias a que todas y cada una de las hermanas más famosas del mundo se pasaron un fin de semana entero en Portofino con looks de D&G, incluidos también los de la gran boda.
Un Vetements sobre un D&G
La firma no dudó en abrir el archivo para que todas ellas pudiesen encontrar en look que mejor se adaptase a su propio estilo y también a la temática más gótico-italiana que había escogido la pareja. Y todas lo hicieron, menos Kim, que tal y como ha confesado, todo lo que llevó el día de la gran boda era suyo. Y lo más importante, tampoco todo era Dolce&Gabbana.
A través de sus stories y tras haber subido ya a Instagram algunas fotos del evento, Kim confesó que el vestido que llevó a la boda de su hermana se trataba de uno que ella misma se había contado en Bergdorf Goodman en el año 2011 para asistir a los premios Glamour de aquel año. Por aquel entonces, la ahora empresaria no era más que una estrella de un reality show y no tenía estilista y mucho menos había aparecido Kanye West en su vida para tomar control de su vestidor.
El vestido original, en cambio, no era como se lo vimos por aquel entonces. Si bien mantiene la silueta sirena ajustada a su figura, el escote palabra de honor en pico se convirtió en unos encaje que la cubrían de cuello a punta de los dedos. ¿Cómo? Gracias a otro vestido de su archivo personal, en esta ocasión de Vetemets. "Para hacerlo más moderno y más yo", escribió ella misma en sus stories junto a una fotografía del vestido original y demostrando así que, pese al millonario acuerdo que habrían firmado con Dolce&Gabbana, parece no haber dinero en el mundo que paguen la pérdida de estilo de Kim Kardashian, que se permitió el lujo de tirar de su propio archivo y de lucir otras marcas en un boda esponsorizada por una firma.
Eso sí, el resto de look si pertenecían al archivo de la firma y ella misma se ha encargado de demostrarlo compartiendo fotografías suyas en Portofino junto a una instantánea de la modelo que lo lució sobre la pasarela de la firma en los años 90.