Lanvin reformula la elegancia de los años 60 con el estilo de vida contemporáneo

El emblema de Lanvin, una de las casas de alta costura más prestigiosas de París, es reconocible al instante, pero pocas personas conocen la historia de sus orígenes. Se dice que es la casa de moda más antigua de la capital francesa. La aventura comenzó cuando su creadora, Jeanne Lanvin, abrió una pequeña boutique de sombreros en 1889, en la esquina de la calle Boissy d'Anglas y la rue du Faubourg Saint-Honoré. Cuando en 1987 nació la hija de Lanvin, Marguerite, la diseñadora comenzó a confeccionar ropa para su hija. Muy pronto, y admirando los atuendos de Marguerite, las mujeres adultas del colegio comenzaron a pedirle a Lanvin que diseñara prendas para ellas.

Rápidamente se hizo conocida por su exquisita propuesta de alta costura y en 1909 se unió al Syndicat de la Couture de París, consolidando su reputación como una de los mejores modistas de París. Fue la propia Lanvin quien tuvo la idea de usar su imagen para representar a su casa de modas, una idea revolucionaria en aquel momento y que en 1923 el ilustrador Paul Iribe ilustró con un dibujo una escena en la que madre e hija se cogen las manos y se miran con complicidad.

LA CRISIS DEL CORONAVIRUS LLEGA A PARÍS

Durante la Semana de la Moda de Milán pudimos ver la desoladora imagen del desfile de Emporio Armani sin público por la expansión del coronavirus en el norte de Italia y parece que París prepara un protocolo especial para su fashion week. Los organizadores del espectáculo francés van a por todas y apoyan la pasarela francesa a pesar del miedo y el alcance. Desde que la OMS emitiese un comunicado "pidiendo al mundo que se prepare para una potencial pandemia por el coronavirus", la pasarela de París cierra filas reforzando los controles entre los asistentes y las marcas. Una de las primeras marcas en desfilar, Lanvin, ha llenado el desfile de mascarillas desechables de 3M y desinfectantes para los invitados y los trabajadores del desfile.

La casa Lanvin, uno de los mitos de la alta costura mundial, cumple 130 años de vida y lo celebra con una colección inspirada en el legado de su creadora. Intenta retomar el camino del éxito tras varios años de agitación y crisis interna y, de momento, Bruno Sialielli ha construido con audacia y con su visión particular un equipo creativo que ha convencido a la critica. Un reto que aporta a Lanvin un soplo de aire fresco reinterpretando los códigos icónicos de la casa.

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Una galería del centro de París fue el enclave elegido para la celebración de uno de los desfiles de apertura de la Semana de la moda parisina, a cargo de la firma Lanvin. Capitaneada por el diseñador Bruno Sialielli, el espectáculo planteaba un original encuentro entre arte, historia y aniversario. El equipo de montaje, en colaboración con el equipo creativo de la casa francesa dispuso una serie de tapices históricos de varios metros de largo y ancho para adornar el espacio durante el desfile. La decoración histórica del espacio junto con el utillaje histórico que predomina en sus paredes marcaba un fuerte contraste con la ambientación, caracterizada por una iluminación tenue y una banda sonora única. Sin duda una propuesta arriesgada, pero perfecta. 

La temporada otoño/invierno 2020-2021 se inspira en la estética vintage y retro de la década de 1960, que funciona a la perfección con el imaginario burgués parisino, dos auténticas señas de identidad de la firma. Vestidos, camisas y faldas teñidas con una paleta de colores minimalista y estampadas con estilo retro. Abrigos de paño hasta los pies y prendas confeccionadas con ante prometen convertirse en la estrella del próximo otoño, o los vestidos cortos con texturas y volantes son algunas de las propuestas más características y llamativas de la colección. El burdeos, el beige y el binomio de blanco y negro tejen las nuevas propuestas de Lanvin, dando color a looks monocromo y bicolor. Los suaves juegos cromáticos se combinan a la perfección con accesorios muy característicos como bolsos cuadrados y los sombreros futuristas inspirados en el trabajo de André Courrèges.

La Semana de la Moda de París ha dado el pistoletazo de salida. El Presidente Emmanuel Macrón rindió tributo al diseño y la moda francesa con una cena en el Palacio del Elíseo el lunes por la noche. Jóvenes diseñadores y otros más trasnochados se vistieron de gala para una velada muy francesa: espárragos, vieiras, pastel de chocolate regado con Mercurey y mucho talento galo. "Brigitte y yo estamos muy orgullosos de recibiros en un momento en que París se convierte nuevamente en la verdadera capital de la moda ", apuntó Macron antes de agradecer a la Federación Francesa de Alta Costura y de la Moda y su presidente ejecutivo Pascal Morand: "Por el trabajo que hemos hecho junto con la familia de marcas 'made in France' y todos los diseñadores que se unen a nosotros año tras año".