En general, la alfombra roja de la gala de entrega de los Premios BAFTA consiguió sacar a relucir el lado más atractivo y glamouroso de las invitadas al evento. Lupita Nyong'o, Cate Blanchett, Samantha Barks, Naomie Harris e incluso una atrevida Angelina Jolie vestida con traje de pantalón dieron una lección de elegancia y glamour a su llegada a la Royal Opera House de Londres, lugar donde se celebró el acto.
Sin embargo, entre tanto derroche siempre es habitual encontrar a alguien que no ha conseguido encontrar el look más acertado. En este caso, una de ellas ha sido la cantante Lily Allen. La artista, que recientemente ha decidido desmarcarse del resto y reivindicar la belleza natural haciendo una crítica a las operaciones de cirugía estética en su último videoclip, no parece haber encontrado aún el término medio que la defina.
Y es que la cantante apostó por un vestido bicolor naranja y fucsia que no resultó estar a la altura de las circunstancias. Demasiado voluminoso y llamativo para la ocasión, tampoco no podía considerarse elegante en comparación con el resto de actrices que la precedieron.
Quien tampoco cosechó buenas críticas fue Ruth Wilson, que coincidió con Angelina Jolie gracias a su apuesta por un traje de Antonio Berardi. A pesar de ello, se quedó muy lejos de causar la misma impresión que el escogido por la protagonista de 'Maléfica'. De acabado metalizado y color gris rematado con complementos de color rojo, resultó excesivo y demasiado brillante para la ocasión.
Maggie Gyllenhaal derrocha exceso de pedrería
Pero no fue la única en resultar excesiva: Maggie Gyllenhaal no tuvo el día ni logró acertar con su vestido de Lanvin. Quizás problema del patrón o del maniquí, lo cierto es que a pesar de que se trató de un diseño de Lanvin, poco o nada se asemejó a los diseños que estamos acostumbrados a ver de la firma.
Completan la lista Alicia Vikander, con un extraño vestido de inspiración étnica y demasiadas plumas en la falda; Olga Kurylenko, con un outfit cuya falda parecía imitar la cola de una sirena firmado por Burberry, y Gwendoline Christie. La actriz de 'Juego de Tronos' no pareció acordarse de que a una alfombra roja no se debe acudir con un vestido corto.