Si algo ha caracterizado el estilo de Olivia Wilde durante la promoción de 'Cowboys & aliens', ha sido el color negro. Este tono ha pintado todos sus looks, que si bien no nos han dejado mal sabor de boca, tampoco han supuesto una brillante aportación.
Lo mejor: el maquillaje, con smokey eyes y labios nude, destacando sus bonitos ojos.
Lo peor: demasiado recatado.
A continuación Olivia intentaba algo más moderno para el Festival de Locarno, de la mano de Gucci. En este caso se trataba de un vestido realizado especialmente para la ocasión un one of a kind que tampoco tuvo el efecto esperado. En realidad el patronaje es sencillo, lo que aporta dinamismo al diseño es la superposición de una especie de armadura de flecos en dorado y negro. Sin embargo, lejos de ser un golpe de efecto, produce una sensación rara, como si sobrara... Además, la actriz continúa fiel al negro, y lo hace extensible a sus peep-toes de Brian Atwood.
Lo mejor: el recogido de su cabello, para no restar protagonismo a los adornos de la zona superior del vestido.
Lo peor: exceso de flecos.
Vamos ahora con un vestido de cocktail firmado por Tom Ford, para la première de Berlín. En este caso no hubo vestidos de noche, sino un impecable diseño de silueta lápiz con largo a la rodilla, bastante similar al que llevó al Show de Jay Leno. La discreta abertura en el escote y los hombros con cierto volumen son la principal baza de un vestido que habría sido más adecuado para una rueda de prensa. En cambio se queda algo corto para una premiere. Además Olivia sigue sin poner su imaginación a funcionar, y una vez más elige unos zapatos negros (cuando unos fucsias o rojos habrían aportado mucho más) firmados por Brian Atwood.
Lo mejor: la hechura impecable de su vestido.
Lo peor: Las gomas de su trenza son imperdonables.
Volvemos a Gucci para la première de Londres. En este caso hay una mínima incorporación del color blanco en el gran lazo, que habría adquirido más protagonismo si Olivia hubiera recogido su pelo. La falda ha sido modificada para eliminar las transparencias, perdiendo así el toque de sensualidad que era la seña de identidad del vestido. Una vez más, el look no convence.
Lo mejor: los colores. Blanco y negro son combinación ganadora, y más si se añade un labial rojo.
Lo peor: el peinado y la innecesaria modificación del vestido.
Un respiro para Olivia
Finalmente no pueden faltar los looks de calle. Para su día a día Olivia prefiere looks cómodos, de aires boho y despreocupados. Faldas largas, foulares y su inseparable bolso de flecos de Ralph Lauren articulan sus cómodos estilismos.