Algo de lo que ya pudo presumir el kaiser Karl Lagerfeld en Seúl durante el pasado 4 de mayo y que ha hecho que, dos días después, Nicolas Ghesquière y todo su equipo se trasladasen hasta la localidad de Palm Springs, en el desierto de California y en pleno valle de Coachella. Así, bajo la atenta mirada de un sol resplandeciente, la modernidad y la exclusividad se han dejado notar tanto en sus diseños como en el escenario elegido para tan importante ocasión: la casa del actor Bob Hope.
En la casa modernista de Bob Hope
Un paraje que se eleva al carácter y la clase de sus últimas piezas y cuyos jardines han ido acogiendo a los diferentes tejidos, estilos y colores de tan deseada colección. Y es que la combinación de matices y la utilización de cromatismos cálidos han sido, sin duda, los puntos fuertes del desfile Vuitton. Aunque, por supuesto, no han sido los únicos. A ellos les han seguido una ristra innumerable de detalles y composiciones que demuestran el gran valor de cada una de sus piezas. Uno de los más visibles ha sido la aplicación del cuero.
Un tejido que ha estado presente, sobre todo, en chaquetas y que ha sido rematado con tintes metalizados en dorado y plata. La dualidad de tejidos y la alternancia entre el estilo oversize, lo ajustable y lo vaporoso también ha estado muy presente en la villa modernista de Hope. Confecciones estivales entre las que tampoco podían faltas los estampados, haciendo de los motivos geómetricos, étnicos y naturales, como las flores, el acompañante perfecto. Hasta la ciudad californiana se han trasladado celebrities como Selena Gomez para conocer cada uno de los diseños al detalle.