Arranca septiembre y continua la temporada de las bodas aún que no de la misma manera. Si las que tienen lugar entre junio y agosto son las de verano, a partir de este mes ya se consideran de otoño. Con esta diferenciación para nada minúscula, podría decirse que cambian muchas cosas. Desde el vestido de novia, pasando por la decoración del evento hasta los looks de las invitadas. Vamos, prácticamente todo y lo más importante. Y en lo que aquí nos atañe, los looks de las invitadas, Sara Carbonero y María Pombo tienen una gran lección que dar. Y decimos una porque ambas han apostado por el mismo vestido así que ha de tratarse de una súper tendencia.
A decir verdad, tiene todo lo que necesita para ser el vestido perfecto para una boda de entretiempo. Se trata de un vestido mini satinado (o de raso) en lo que a falda se refiere pero con manga larga y cuello alto caído. Además este se ciñe a la cintura justo por debajo del pecho, dejado la parte superior un poco más floja y la falda con caída recta. Esta prenda, firmada por la marca española Wolflam, que es la obsesión de otras celebrities e it-girls como Úrsula Corberó o Laura Matamoros.
Dos formas de llevar un mismo vestido
La forma de lucirlo de las dos protagonistas de este duelo fue diferente pero en la justa medida ya que todo el protagonismo se le cede por completo al vetido. María Pombo lo hizo con una coleta baja estilo casual con el flequillo suelto y unos buenos pendientes largos para darle -todavía más- elegancia al look. Sara Carbonero, en cambio, fue mucho más sencilla y dejó la melena suelta para convertir aquel vestido en algo más del día a día o para una ocasión un poco menos especial que una boda como puede ser una cena medianamente elegante. Además esta escogió unas botas altas para acompañarlo mientras que la influencer lo hizo con sandalias de tiras plateadas.
