Poco tiene que ver la colección otoño/invierno 2022 de Saint Laurent presentada el pasado martes 1 de marzo con la correspondiente al año anterior, donde los colores tenían un gran protagonismo. Esta vez el binomio blanco y negro se apoderó de toda la colección con algunos destellos de marrón, verde o granate, siempre en una línea de sobriedad que dejaba lo rompedor de la firma a otros elementos de la colección. Uno de ellos era las pulseras y brazaletas que lucieron algunas de las modelos, un particular homenaje a Nancy Cunard, una de las musas olvidadas del siglo pasado.
Nancy, única heredera de una fortuna millonaria (su padre era el dueño de la naviera Cunard y su madre una norteamericana millonaria de cuna), tuvo una vida marcada por los escándalos poco propios de su época, todos ellos manan de una empeño en luchar contras injusticias en unos tiempos polarizados de Guerras mundiales. Su vida dio un importante giro cuando en 1928 conoció a Henry Crowder, un pianista de jazz afroamericano con el que mantuvo una relación durante 7 años y, como ella misma reconoció, la hizo ser quien es: " En todo caso Henry me hizo. Y yo se lo agradezco ".
No solo al concienciarla sobre el racismo que imperaba en aquellos años 30 y 40, sino también en lo que al estilo se refiere. Sus viajes y largas estancias en África hicieron que encontrase en su cultura y tradición elementos que rápidamente hizo suyos y la caracterizaron a ojos del mundo. Ejemplo d ello fueron las tradicionales pulseras y brazaletas gruesos y pesados que decoraban sus muñecas llegando casi hasta los codos u opulentos collares -por tamaño, no por riqueza en piedras preciosas- que combinaba con prendas más sencillas, consiguiendo así tener un estilo propio y una seña de identidad que ha llegado ahora, 50 años después de su muerte, a la Semana de la moda de París gracias a Anthony Vaccarello.
La colección se movía en códigos propios de la firma que tanto la caracterizan como las prendas ajustadísima para exaltar la figura de las mujeres -al menos de aquellas altas y delgadas que aparecen siempre sobre sus pasarelas- gracias a los leggins y, en esta ocasión, vestidos largos que hacen de segunda piel. El dramatismo propio de estas piezas se intensificaba y contrastaba con otras prendas exageradas con hombros marcados gracias a grandes hombreras o chaqueta oversize con ribetes de pelo o, como no, los opulentos abrigos de piel. Todo ello, por supuesto, sobre zapatos de tacón de alturas considerables que estilizan -todavía más- a las musas de Vaccarello.
Un homenaje también a su padre
Pero este desfile, cuyo homenaje a Nancy Cunard no se había oído, pero se podía leer en las prendas, sí tenía un claro homenajeado: el padre del diseñador. Todos los invitados a uno de los desfiles más deseados de la Fashion Week tenían en sus asientos una pequeña tarjeta que así lo hacía saber. A él se le atribuyen otros elementos vistos sobre la pasarela como los esmóquines que cerraron el desfile, todos ellos negro, así como la sobriedad en los colores, todos teñidos en un profundo respeto y hasta luto, sin dejar a un lado esa feminidad y hasta seducción que siempre ha caracterizado a Saint Laurent.
La Semana de la Moda de París otoño/invierno 2022/2023 se celebra del lunes 28 de febrero al 8 de marzo.