Nacido en 1914, Pierre Balmain -y junto a Christian Dior- ha escrito uno de los capítulos más importantes de la historia de la moda del siglo XX. Desde el principio, el estilo femenino y opulento de Monsieur Balmain contrastó con la silueta y el aspecto utilitario de la época, creando un universo distintivo y muy femenino para su marca homónima. Telas ricamente bordadas, cinturas ajustadas y más largas, faldas infinitas se transformaron rápidamente en una de las casas de moda parisinas favoritas de la realeza europea y de Hollywood.
" El estilo burgués es de todos y para todos, sin importar el color de piel y la procedencia" apuntaba Oliver Rousteing. Un poderoso mensaje que Balmain lanza a la pasarela y al mundo con su nueva colección otoño/ invierno 2020-2021. Desde hace siglos, el clasicismo burgués se ha encargado de discriminar según privilegios de raza y actividad económica. En los últimos años, el auge de grupos de extrema derecha y elección de mandatarios como Donald Trump y Bolsonaro ha recuperado la idea de privilegio de sangre, mientras miles y millones de ciudadanos salen a la calle para reclamar sus derechos y su lugar en la sociedad. Y, ¿quién mejor para gritarlo que Rousteing? Un huérfano africano adoptado por padres franceses, cuya historia de éxito supone para muchos franceses una anomalía. Anomalía que, por cierto, es el tema de 'Wonder Boy', el documental nominado a varios premios que cuenta la vida, éxito y fracasos del diseñador francés.UNA HISTORIA DE MODA MUY PERSONAL
Después de una década al mando de la dirección creativa de Balmain, Rousteing se ha posicionado como la nueva voz de la burguesía, reformando los cánones de estilo y deconstruyendo el discurso hegemónico de la moda. Al igual que otros diseñadores antes que él, Rousteing demandó el código de vestimenta excluido cuando crecía en Burdeos, " cuando de niño montaba a caballo, la gente me miraba como, '¿Qué haces aquí?' '" apuntaba emocionado en el backstage. Un ejercicio de sutileza, si se puede decir eso de una casa que saltó a la fama con hombros XXL e incrustaciones de brillantes. Con una paleta de colores minimalista en la que predomina el beige, Rousteing c ontó una historia de amor a su infancia con ponchos, sastrería masculina, camisas y pantalones de seda escarpados y diseños confeccionados con cuero francés.
Esta temporada, el francés apuesta por una colección de sastrería suave y sin artificios, moldeando cuero en chaquetas de kimono acolchadas y faldas. Tops drapeados se ajustan a la silueta y se combinan con pantalones y botas de cuero para un estilo relajado. Una propuesta para la mujer real con diferentes opciones: jersey de mohair bordado con cadena metálica sobre una falda de mezclilla y sencillos separadores de seda o un híbrido con capucha y blazer con pantalones de corte recto. En su propuesta de noche apuesta por vestidos con capa en tonos terrosos con cinturones de cuero y botas de montar o un vestido de satén con una falda de volantes.
Tras pasar por el ejército, comenzó su carrera en la moda en la época de la posguerra junto a Lucien Lelong, donde trabajó y aprendió de Christian Dior y Hubert de Givenchy. Cuando dejó el atelier para fundar su propia casa, el éxito no tardó en llegar, en gran parte por su dominio de las técnicas de alta costura. A partir de 1951, la firma sigue los pasos de Dior y se implanta en Estados Unidos, comercializando lujosas prendas talladas a través de los almacenes Neiman Marcus. Como señaló el New York Times, Pierre Balmain fue "junto con Cristóbal Balenciaga, Jacques Fath y Christian Dior, uno de los jóvenes talentos que revitalizó la alta costura de París después de la ocupación alemana".
EN 2011, OLIVER ROUSTEING LLEGA PARA REVITALIZAR LA CASA
En la década de 1960, Balmain cambió su estilo, tallando de forma escultórica telas para confeccionar diseños más limpios y estructurados. Diseñador de cabecera de grandes actrices, gran parte de su éxito se debe al vestuario que diseñó para Brigitte Bardot, Marlene Dietrich y Katherine Hepburn. Después de su muerte en 1982, el asistente personal de Balmain, Erik Mortensen, se hizo cargo de la compañía, manteniendo sus tradiciones y estilos. Reconocido por su éxito, Mortensen recibió el Premio France Haute Couture Golden Thimble por su colección otoño / invierno 1983-1984. Nuevamente, en 1987 recibió el premio por su colección otoño / invierno 1987-1988.
Mortensen dejó el testigo de la dirección creativa en 1990, reemplazado por Herve-Pierre, quien sirvió durante tres años enfocándose en el prèt-a-porter. Oscar de la Renta se hizo cargo de mantenerse fiel al estilo "Jolie Madame". En 1998, Gilles Dufour se convirtió en director de la línea de Balmain ready-to-wear y finalmente en 2011 Olivier Rousteing fue nombrado director creativo después de reemplazar a Christophe Decarin.