A finales de 2016 se conocía la noticia de que Laura Kim y Fernando García volvían a la dirección creativa de Oscar de la Renta tras haber trabajado para con el propio diseñador 12 y 6 años respectivamente. Su vuelta supuso tener bajo su cargo dos firmas : Monse, la que crearon tras dejar su anterior trabajo, y la actual Oscar de la Renta.
El debut de ambos diseñadores era de lo más esperado para la Semana de la Moda de Nueva York. ¿La resolución? Realizar dos desfiles en uno, primero el de la firma Oscar de la Renta y después el de Monse, con la misma pasarela, mismos invitados e igual espacio. Esta idea fue, a priori, motivo de diferentes controversias en moda ya que nunca antes se había llevado a cabo, pero el resultado estuvo a la altura de las circustancias.
La modelo Bella Hadid volvió a subirse a la pasarela en una jornada donde también lo hizo con Carolina Herrera. Además, el desfile tenía la clara intención de alzar la voz en favor de la diversidad y en memoria del propio Oscar de la Renta que, según comentaba Fernando García para varios medios en el backstage, el deseo de la colección era "imaginar lo que él habría querido, lo que le gustaba".
A todo color
El otoño/invierno 2017/2018 de ambas firmas tiene una clara relación : el colorido de los looks, las tonalidades vibrantes que recorren tanto a una como a otra. Por su parte, Oscar de la Renta apuesta por looks de sastre, la Alta Costura femenina, sofisticada y muy elegante, mientras que Monse llena el desfile de básicos con estilo ochentero.
En Oscar de la Renta destacan las siluetas estilizadas, las faldas voluminosas, pieles y combinación de texturas entre las que destaca el terciopelo. Especial mención tiene el traje de chaqueta en varias versiones, convertido en pieza clave de la colección, así como los tejidos metalizados, brillantes y la palabra de honor.
Monse se decanta por los total looks, las superposiciones de capas, los volantes y los abrigos decorados con pelo en cuello y mangas. Estampados coloridos, vestidos largos de tonalidades vivas como el amarillo, cortes asimétricos, faldas midi y outfits mucho más informales con ciertos toques punk ponen la guinda a la gama de prendas.