El desfile otoño/invierno 2020-2021 marcaba un antes y un después para la firma Andrés Sardá, que volvía a subirse a la pasarela MBFW de Madrid pero sin estar bajo la batuta del hombre que le dio su nombre y todo lo que sabía sobre moda y lencería (aunque él se había retirado de la marca ya en 2008). Eso sí, le tomó el relevo otra Sardá, la hija, ahora directora creativa. Y que mejor forma de hacerlo que rindiendo un sentido homenaje al diseñador del que el mundo de la moda se despidió el pasado mes de septiembre de 2019. "Ha sido emocionante y al mismo tiempo complicado concentrar el universo de mi padre", decía su hija antes de empezar el espectáculo para Efe.
Para ello, se subieron a la pasarela las cuatro musas de lo 90 que tantas veces lucieron las creaciones del diseñador: Judit Mascó, Verónica Blume, Vanessa Lorenzo y Martina Klein. Tras un minuto de silencio, comenzó una explosión de color al mal puro estilo Sardá (mezclando presentación con espectáculo), una mezcla entre algunas de las piezas más icónicas del archivo de la marca con las nuevas creaciones para el próximo otoño/invierno.
Además de los grandes nombres que aparecieron en escena, la otras grandes protagonistas fueron las mantillas de encaje, el producto que diseñaba la familia Sardá a finales del siglo XIX y que llegó a lucir Jackie Kennedy en los años 60 cuando visitó el Vaticano. Poco después de este gran momento mediático, en 1962, fue cuando el ya fallecido creó Andrés Sardá marca de lencería. Una forma de conectar con las raíces de la propia marca así como unir pasado, presente y un futuro prometedor.
Mantillas y ropa interior: aunando pasado, presente y futuro
Sobre la pasarela lo que no faltó fue la lencería. Los conjuntos negros de sujetador y braga, los los bralettes, los bodies de encaje e incluso los corsés se intercalaban con prendas mucho más arriesgadas que mezclaban patrones más complicados e incluso diferentes tejidos creando formas y diseños que perfectamente podría ser para cualquier prenda de exterior. Una transición de la mujer más recatada de la época de los Sardá vestían las cabezas de las mujeres a los Sardá que vestían a las mujeres con sus prendas más íntimas. Una evolución natural de la propia marca en pleno siglo XXI que demuestra que Sardá hija ha sabido perfectamente tomar las riendas y el ideario de su padre. De tal palo, tal astilla.
Las cuatro musas del diseñador fueron las encargadas de abrir y cerrar el desfile, un papel siempre reservado para la mujer que el propio diseñador se imagina luciendo sus prendas. La primera y última imagen que permanecerá en la retina de quien lo ve. Pero si la apertura era con recatados looks y teñidas de negro, el cierre lo hacía con las cuatro caminando a un mismo tiempo con bodies de encaje negro y faldas de tulipán en raso rojo y rosa mientras en el fondo se proyectaba el tradicional logo de la marca. Una imagen tomada en 2020 pero que tranquilamente podría ser de cualquier desfile en los que el propio Andrés Sardá todavía estaba entre bambalinas.