Tras la muerte de Virgil Abloh el pasado noviembre de 2021, la división masculina de Louis Vuitton ha estado sin una dirección creativa bajo un nombre propio. Hasta ahora. El pasado 14 de febrero la propia firma anunciaba a través de sus diferentes redes sociales que este puesto estará ocupado de forma inmediata por Pharrel Williams, conocido mundialmente por su figura como cantante -es el intérprete de la conocidísima canción 'Happy'-, y su primera colección verá la luz durante la Semana de la Moda masculina de París el próximo mes de junio de este 2023.
Una decisión que podría sorprender a muchos, pero que tiene un especial sentido dentro de la industria, sobre todo para una firma que venía de estar dirigida por un artista multidisciplinar como Abloh. Y también como el propio Pharrell. El cantante es también productor -lo fue de Rosalía en su disco 'Motomami'- y ha colaborado en varias ocasiones con grandes marcas como Chanel, Adidas y la propia Louis Vuitton.
Pharrell, mucho más que un cantante
Un valor artístico que destaca el propio grupo LVHM en su comunicado: "Pharrell Williams es un visionario cuya creatividad universal se expande desde la música al arte y hasta la moda, consolidándose como un icono cultura global durante los últimos veinte años. La forma en la que rompe con los límites entre los diversos mundos que explora se alinea a la perfección con el status de Louis Vuitton como maison cultural".
Y es que desde la entrada de Abloh como director creativo, la firma más importante de LVHM pasó de ser una marca a moda a mucho más, un auténtico exponente de arte en sus diferentes vertientes. La ropa dejó de ser solo ropa. Por eso, tal y como predecían diferentes medios especializados en moda cuando empezó a correr el rumor de este nombramiento antes de la confirmación oficial, parecía obvio que Loius Vuitton fuese a apostar más por una figura más cercana a un conservador de arte que un director creativo de moda, algo que preservase y expandiese la visión artísticas de la firma más allá de pensar en simples colecciones marcadas por las tendencias.
Ejemplo de esta forma de misionar la marca fue precisamente el último desfile de Louis Vuitton en París en el que el show fue una auténtica performance en la que, por supuesto, diferentes modelos presentaban las prendas que luego llegarán a las tiendas, pero en la que también pasaban otras muchas cosas. Por ejemplo, un concierto de Rosalía que se movía por la pasarela como un elemento más de aquella pasarela distribuida en diferentes espacios a modo habitaciones de una casa. Lo que, ahora con la noticia de Pharrell, parecía una bienvenida a la nueva casa de Louis Vuitton.