En 1982, un diplomático israelí sufrió un grave atentado. El ministro de defensa, Ariel Sharon, deseoso desde su nombramiento de intervenir militarmente Líbano, convenció al primer ministro de tomar cartas en el asunto, para que autorizase el desembarco de las tropas con el fin de asediar Beirut. Ajeno al conflicto bélico, un prodigio local de 18 años y de nombre Elie Saab llevó a cabo su sueño de confeccionar una colección, la cual subió a la pasarela y abrió su primer taller de confección y moda. Pero no fue hasta décadas más tarde cuando Saab se convirtió en el primer árabe en ser admitido en la Chambre Syndicale de la Haute Couture de París, el órgano rector que rige las colecciones de alta costura. El diseñador, se convirtió así en un símbolo de lucha contra un conflicto armado, que solo en 2006 se cobró la vida de más de 10.000 libaneses en intensos bombardeos.
UN DISEÑADOR DE CONTRASTES
A pesar de sus orígenes y su firme postura contra el asentamiento militar, el trabajo de Elie Saab no refleja ninguno de estos errores de manual. Sus diseños se confeccionan con el material con el que se tejen los sueño. Visiones luminosas y elegantes que conviven en un mundo lleno de contrastes, a caballo entre París y Beirut. Su reconocimiento más allá de Oriente Medio llegó de la mano de Halle Berry, cuando la actriz visitó el taller del modisto con motivo de los premios Oscar en 2002. Millones de espectadores en todo el mundo vieron cómo brillaba de forma espectacular durante su emotivo discurso al recoger el premio a mejor actriz. La marca se colocó por primera vez en el mapa de la moda internacional y Elie Saab pasó a formar parte de ese pequeño grupo de diseñadores exclusivos que visten y cincelan los cuerpos femeninos en la alfombra roja.
Desde entonces, se ha convertido en catedrático de la moda con sus elegantes propuestas de noche y sofisticadas creaciones nupciales, sin descuidar las líneas de prêt-à-porter y alta costura. Tras más de tres décadas al frente de su firma homónima, ha explotado la estética más romántica insuflando a la industria de la moda aire fresco y creaciones determinadas y sensuales. Bordados y mucha pedrería se arman en sus diseños, en un abrazo perfecto entre Oriente y Occidente. Un camino muy calculado y lleno de fisuras que languidece frente a la representación de una feminidad radiante y ardiente. Líneas puras y depuradas se rinden a una estética casi arquitectónica, que ha seguido desde hace años la vía de aproximación hacia la perfección.UN ESPECTÁCULO CARGADO DE MAGIA
Elie Saab nos invita a soñar en un espectáculo cargado de magia y delicadeza, gracias a su desfile. El creador libanés, uno de los más esperados de la Semana de la Moda de París, abría el desfile como solo él sabe, con elegancia y mucha maestría. Un espectáculo único, como su apuesta estrella de la colección otoño/invierno 2020-2021: el binomio blanco y negro para sus trajes de sastrería femenina y sus sensuales vestidos de noche, en los que introdujo el terciopelo y las blusas con chorrera. Saab recurrió a un sobrio romanticismo donde el único color permitido fue un apagado rojo que se coló en gabardinas, chaquetas masculinas de corte recto y vestidos princesa.
Sutiles detalles dorados se tejían y acentuaban en un vestido de terciopelo negro y un traje sastre de corte dramático que dejaba ver una blusa transparente de encaje. Una colección que destilaba color a medida que las propuestas iban saltando a la pasarela: los vestidos cortos con volantes confeccionados en verde esmeralda y púrpura se combinaban con largos abrigos de cola. El color escarlata reapareció en forma de un espectacular vestido transparente de cuello cisne que recordaba al vestido que Jane Fonda subió al escenario en la última ceremonia de los Oscar.
Con el universo de Andalucía como fuente de inspiración, la nueva propuesta de Saab destaca por su juego con los cortes asimétricos, tanto en el largo de la falda como en los escotes, que sin duda han marcado un desfile donde el brillo y las joyas, han sido aplaudidos como los protagonistas indiscutibles. Las transparencias, el satén y el tul, tres de los elementos clave de un desfile de Saab se confeccionan en vestidos sofisticados y se mezclan con vaporosas y fluidas sedas, encargadas de aportar un extra de glamour al diseño. En esta colección, las transparencias y el binomio blanco-negro se han tejido en casi todos los diseños. Dorados, metalizados y detalles joya se combinan a modo de una segunda piel, tanto en vestidos como en capas. Creaciones de inspiración española cargadas de romanticismo, casi siempre con cinturas marcadas con estratégicos cinturones joya.