El Dolby Theatre, antes conocido como Kodak Theatre, es un teatro situado en la zona de ocio de la ciudad de Hollywood que cada mes de febrero se transforma en un escenario perfecto para el cuento de hadas jamás contando. Una alfombra roja lo preside para recibir y dar cobijo a una gran cantidad de celebridades que se acercan hasta allí para celebrar la noche más importante del cine, los Premios Oscar 2019. O al menos para aparentar ya que es la excusa perfecta para sacar a relucir increíbles modelitos que pocas veces se pueden lucir. Aún que viendo algunos de ellos, era mejor que nunca se hubiesen lucido.
Reichel Weisz y el desubicado futurismo de Givenchy
Rachel Weisz era una de las cuatro actrices nominadas a llevarse el premio a Mejor actriz de reparto por su papel en 'La favorita'. Y ella no era la favorita, algo que quedó plasmado -SPOILER- al no ser ella la que subió a recoger el galardón. En parte fue mucho mejor así para no tener que ver la escena de la actriz en medio de ese enorme teatro con ese vestido de Givenchy. Fiel a su esencia, la marca sigue apostando por diseños arriesgados y con la mirada puesta en el más allá. En unos años luz. Un vestido que quizá en los Oscar de 3100 tenga cabida.Quizá la pieza principal del look, el vestido en sí, no desentonaría de no ser por esa especie de capirote que se echó a los hombros de una especial de plástico, charol u otro materil no identificado. De un plumazo se convirtió en una de las protagonistas de 'El cuento de la criada'. A esto se le suma ese peinado efecto wet que parece más bien un relamido que no hace más que apelmazar el estilismo de forma excesiva.
Zoey Deschanel
Zoey Deschanel se ganó el corazón de todo el mundo con '500 días juntos', pero no todo vale. El vestido de la actriz ha sido un viaje a los primeros 2000 donde que la ropa tuviese una proporciones adecuadas al cuerpo que mal menos no pareciese peor de lo que es era algo sencundario. Y es que Deschanel flaco favor se hizo con este atuendo. Un vestido con escote en corazón y dos tiras anudadas al cuello. Con el escote y brazos completamente descubiertos daba la sensación de que el pecho está muy caído.Además, el corte de la falda en pico justo debajo del escote ayuda aún menos. Genera un abombado bajo el que parece ocultarse una barriga de embarazada por el corte premamá y da lugar a unos volúmenes extraños y totalmente poco favorecedores. Y ya, para rematar, el clutch en forma de caja con sus iniciales (ZD) grabadas bien grande en un tono plateado. Porque... ¿por qué no?
Laura Marano, casi pero no
Los últimos desfiles de Nueva York, Londres, Milán y pronto París han dejado varias tendencias claras de cara al próximo otoño/invierno 2019/2020 y, por ende, para esta primavera más inmediata. Los colores neón seguirán siendo una gama cromática que lo eclipsará todo. Por otro, que le famoso 'color block' volverá. Las combinaciones de colores que parecen imposibles volverán a hacer 'match' y a triunfar en el street style. Pero no todo vale, Laura Mano. La joven actriz apostó por juntar el rosa, con el amarillo y el verde agua todo ellos en una tonalidad que no llega al fluorescente y se aleja demasiado del pastel. Un ni para aquí ni para allá.Unos colores que tampoco casan perfectamente aún siguiendo las reglas del 'color block'. Un despropósito. Pero por si esto no fuera poco, la enrome lazada a la espalda para luego convertirse en una cola en tono amarillo ya era la guinda del pastel para un vestido de princesa a medio camino que ha conseguido desentonar entre tanta celebridad. Que eso no es fácil.
Maya Ruldolph, demasiada tela, demasiado color, demasiado dibujo...
Maya Rudolph se propuso no pasar desapercibida durante su paso por la alfombra roja y en la gala y lo ha conseguido. La actriz escogió un vestido con una enorme capa en tono rosa fucsia y estampado de flores rosas y rojas con detalles en verde. Un tela propia de un sofá de los años 80 o las cortinas de una casa americana en los años más estridentes posibles. Un cúmulo de detalles que es imposible de definir.Además el conjunto del vestido y la capa igual hacía que todo pareciese una enorme bola rosada haciendo un flaco favor a la actriz por perder toda su forma y pasar a ser una de las peor vestidas de la gala de un pluma. Quizá el único punto a favor -y porque así lo han decidido otras invitadas- es que el acertado corte de pelo bob y castañado como lucieron Charlize Theron, Emilia Clarke o Irina Shayk.
Linda Cardellini, cegada por el tull
De un tiempo a esta parte los vestidos pomposos con metro y metros de tull se han convertido en la fantasía de mucha celebritie s. Hasta la mismísima Rosalía, amante del chandal, ha caído rendida a esta tendencia para una entrega de premios. Pero aún que todos ellos puedan coincidir en los metros de tela, la ditribución de estos es los que marca la diferencia. Y, en el caso del escogido por Linda Cardellini, no es la forma correcta. Los volúmenes excesivos en los hombros y la apelmazada falda hicieron que la joven acabase perdida entre tanto tull en rosa fucsia.Por si fuera poco, el detalle del cinturón a modo lazada en un tono rosa pastel perdido entre tanta capa y capa de tull recargaba aún más el estilismo y lo convertía en una especie de regalo enorme fuera de lugar, eso sí. Una pena para Cardellini que quiso emular a Chiara Ferragni corriendo por París arrastrando la cola de su vestido rosa palo bajo el Arco del Triunfo. Pero no pudo ser y se quedó en un estilismo de los más horribles de la noche.