Todos y cada uno de los looks de la Reina Letizia son estudiados con lupa, pero más aún cuando se trata de la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, Princesa de Asturias desde el pasado 2015. A la espera de que la Princesa Leonor se convierta en la gran protagonista, su madre sigue acaparando todas las miradas. Ellas y sus Felipes Varela.
Unas miradas muy críticas que ponen el foco en todos los detalles, por lo que Doña Letizia cuida al máximo todos los detalles de su estilismo, tanto para la ceremonia de entrega de los galardones como para la audiencia con los galardonados de las horas previas o el concierto de la noche anterior.
Una vez más Felipe Varela fue el encargado de vestir a la Reina, que apareció en el Auditorio Príncipe Felipe como una auténtica diva de Hollywood con un vestido negro de tirante fino -demasiado para la época del año en la que estamos- de la colección 'Minimal Opulence' del diseñador que combinó con un cinturón de flores cristal 3D del mismo modisto y unos zapatos de salón también negros.
Un total black con el que no dejó a nadie indiferente. Y puesto que levantó muchísimas críticas, prácticamente todas ellas negativas, la Reina ha apostado sobre seguro para la audiencia ofrecida a los galardonados luciendo un Carolina Herrera blanco en crepé con manga larga con estampado formado por jazmines rojos que estrenó en su último viaje a Nueva York. Un vestido que combinó con unos Magrit de ante rojo que ponían el broche de oro al modelito.
Varela no podía fallar
Pero, sin duda, a la tercera va la vencida y el tercer look de la entrega de los Premios Princesa de Asturias -el escogido para visitar al Pueblo Ejemplar este sábado 22 de octubre será mucho más casual- ha sido realmente espectacular ha sido el más espectacular.
Un vestido, por supuesto firmado por Varela, ajustado en color beige con incrustaciones negra por toda la tela de tirante ancho y corte por la rodilla. Un diseño muy acertado que ha completado con unas sandalias de taconazo en crudo, un bolso de manos negro y unos grandes pendientes que se veían perfectamente gracias a su delicado recogido.