Ya nos hemos acostumbrado a ver a la Reina Letizia tirar de armario y reciclar estilismos en cada evento oficial al que acude. Su visita a Luxemburgo para su presentación oficial tras la proclamación del pasado 19 de junio ha servido para, una vez más, analizar el estilismo de Doña Letizia, cuyos atuendos siempre levantan mucha expectación alrededor del mundo.
Nada más llegar han sido recibidos por el Gran Duque Enrique y la Gran Duquesa María Teresa de Luxemburgo, que estuvieron acompañados por el Príncipe Guillermo y mujer la Princesa Stéphanie. Como apuntábamos, en esta ocasión vimos a Letizia con un modelito que ya lució en 2012 en la entrega del Premio Cervantes.
Un año después, en 2013, volvió a elegir el vestido para la concesión de las Medallas de Oro al Mérito de las Buenas Artes. Se trata de un vestido blanco de Felipe Varela en crepé de lana con detalles florales en tonos gris, beige y azul marino rematado en blonda. El vestido era de manga larga, con cuello bebé y un fajín azul marino que se ceñía a su cintura.
La cartera, la única novedad en el look de Letizia
En cuanto a los complementos que la Reina Letizia escogió para rematar su look, volvió a recurrir a un calzado de Magrit, unos salones en tono gris y de ante, calzado que le hemos visto en muchísimas ocasiones antes. Lo único nuevo en el outfit de Doña Letizia era una cartera de mano de piel de cocodrilo en tonos blanco y dorado. Las joyas que lució fueron unos pendientes de oro blanco, diamantes y perlas australianas.
Además, Letizia también recuperó su abrigo batín blanco anudado a la cintura que combinaba a la perfección con el vestido de Varela. Un abrigo que estrenó en noviembre de 2010, durante la visita del Papa a Santiago de Compostela, y que más tarde volvió a ponerse en 2013 con motivo de su viaje a Pamplona para acudir a la inauguración del XVI Congreso Estatal del Voluntariado.