Tercer día de los Reyes Felipe y Letizia en su viaje de estado a Países Bajos y, de nuevo, cada uno por su lado con los monarcas anfitriones, el Rey Guillermo y la Reina Máxima de Holanda respectivamente. Tras la cena de gala, las dos Reinas acudieron a la sede de LAB6, un centro de día para jóvenes en las que se realizan actividades culturales y deportivas; y luego a un acto por el décimo aniversario del Amsterdam Spanish Fim Festival en la que se encontraron con Javier Fesser para la proyección de su película 'Campeonex'.
Tras ceñirse al protocolo real más estricto para la cena de gala -marcada por cierto por las dolencias de la Reina Letizia que le obligaron a estar sentada durante todo el besamanos-, para esta ocasión la que fuera periodista optó por un look más 'desenfadado' y atrevido con una de las combinaciones de colores que durante años se vetaron a la hora de vestir con uno de los refranes más conocidos: 'Rosa y rojo, puñetazo en el ojo', al considerarse que estos colores no combinaban entre sí.
Pero desde que Pier Paolo Piccioli lo subió a la pasarela de Valetino en 2016 las tornas cambiaron y las normas se rompieron. Pasó lo mismo con el negro y el azul marido o el negro y el marrón, hermanándose por fin los colores conlindantes en el círculo cromático.
En el caso de la Reina Letizia, el rojo pertenecía a un vestido midi ajustado con mangas kimono que ya le habíamos visto durante un viaje a Suecia en el año 2021. Sobre él, un abrigo de paño del mismo largo que el vestido en color rosa, el mismo color en su versión fucsia que teñía el bolso y los zapatos mule de tacón, demostrando así que la Reina Letizia está más que recuperada de su enfermedad, el neuroma de Morton.
Carolina Herrera pertenece al grupo catalán Puig
El haber escogido esta marca no es casualidad y, aunque no lo parezca, es también una forma de homenajear a la industria de la moda española. Si bien la diseñadora que le dio nombre y estuvo capitaneándola hasta el año 2018 es de origen venezolano y su firma homónima estuvo siempre afincada en Nueva York -y allí sigue estando bajo el mando de su hija del mismo nombre y el director creativo Wes Gordon-, lo cierto es que Carolina Herrera pertenece al conglomerado catalán, el grupo Puig, dueño también de otras firmas como Nina Ricci, Jean-Paul Gaultier o Charlotte Tilbury.