Belleza, glamour, sensualidad y cuerpos de infarto. Con estos adjetivos podríamos definir una firma estadounidense de lencería y productos de belleza, líder en el mercado textil desde hace tres décadas. Como muchas otras marcas de éxito, Victoria's Secret nació para dar respuesta a una necesidad muy concreta en el mercado: ponérselo más fácil a los hombres que sentían pudor al comprar lencería para su pareja. Por si fuera poco, es la encargada de organizar el espectáculo más grande de la industria de la moda, el Victoria's Secret Fashion Show, uno de los eventos más vistos del planeta. Mujeres de infarto consagradas en el mundo del modelaje y bautizadas como 'ángeles' sobre la pasarela.
CRÍTICAS A LOS CUERPOS IRREALES A RAÍZ DEL MOVIMIENTO #METOO
Ahora, la modelo Shanina Shaik, subida a la pasarela desde 2011, ha anunciado el fin de un modelo de belleza para muchos caduco y obsoleto. La modelo australiana, quien ha tenido el orgullo y honor de desfilar durante cinco años para la compañía, ha colgado sus alas. Lo desveló en una entrevista en el The Daily Telegraph de Australia: "Desgraciadamente, no va a celebrarse este año ". Y concluyó: "Me siento rara, porque todos los años por estas fechas estoy entrenando como un ángel ".
La inclusividad y evolución en el mundo de la moda son, desde hace años, demandas para gran parte del público, algo que ha conseguido encumbrar y consolidar a muchas firmas, pero a lo que Victoria's Secret no ha decidido escuchar, a pesar de que sus desfiles eran pasto de críticas y ataques año tras año. Parece más que evidente que este cambio de estrategia se debe a los malos resultados de audiencia en televisión. Un ratio muy lejano a los diez millones de espectadores que se sentaban frente al televisor para disfrutar de una fórmula, que ya no parece rentable.