Nueva York lleva tres días celebrando su semana de la moda, por donde han pasado diseñadores y firmas internacionales como Calvin Klein, Tom Ford, Desigual, Adam Selman o Jeremy Scott, entre otros. En esta ocasión es la diseñadora Jill Stuart la que se encarga de traernos una colección muy especial. La neoyorkina mantiene su estilo propio, con una propuesta muy floral, y al verla no podemos hacer otra cosa que desear que la primavera se nos presente pronto.
Las prendas de la colección primavera/verano 2018 de Jill Stuart son amplias y vaporosas. El desfile ha estado marcado por transparencias, tejidos finos y superposiciones que muestran que la feminidad no se encuentra tanto en la sensualidad de marcar el cuerpo como en la personalidad. En lo que podrían parecer combinaciones imposibles de prendas superpuestas, desafiando las normas más clásicas, nos encontramos con una colección muy elegante y sofisticada,. Esto es, en gran parte, gracias a la elección de los estampados y los colores, que encajan como una piezas de puzzle, aunque también hay propuestas que encantarán a quienes no quieren arriesgarse tanto con los looks.
Un jardín de flores
Los motivos florales son grandes protagonistas en la colección primavera/verano 2018 de Jill Stuart. Estos ya los habíamos visto en pasadas temporadas estivales, y tenemos la suerte de que el próximo año podremos seguir llevándolos sin renunciar a las últimas tendencias. Las gamas cromáticas de estos estampados van desde los más cálidos, con diferentes tonos de rosa, hasta los azules y también el negro. Éste funciona como una excelente base para tonos rojos y rosas, perfectos tanto para el día como la noche.
Otros estampados presentes han sido las rayas, que han aparecido de manera ligera y discreta, y los topos blancos sobre negro. Después,en azul marino, azul claro, rosa, negro y blanco tenemos diseños monocromáticos, como vestidos, pantalones o gabardinas.
Jill Stuart nos propone llevar vestidos largos y finos durante la temporada primavera/verano 2018, y no temer a acompañarlos de calzado por el tobillo, o dar una impresión similar con sandalias y calcetines de encaje. Los pantalones han de ser frescos, por lo que apuesta por el estilo vaporoso, aunque también hay lugar para los vestidos y faldas más cortos. También son vaporosas las mangas largas, terminadas en puños apretados, y los volantes de algunas de las piezas. Y, cómo no, para vestidos y blusas qué mejor que la superposición de prendas, que aportan unas formas muy bonitas a nuestras prendas favoritas.