Se podría decir que los orígenes del tweed se remontan a la explotación de los recursos de la tierra. Encuentra su origen en las tierras altas de Escocia e Irlanda, articulado como un tejido campesino práctico para el trabajo al aire libre como la agricultura y la ganadería. Durante siglos, su robustez, aislamiento y resistencia a las inclemencias climáticas del norte de Europa protegieron a los trabajadores y trabajadoras del frío y la humedad del clima rural de Gran Bretaña. Una vez consolidado y perfeccionado se convirtió, más tarde, en el tejido de la burguesía más reciente.
Aunque su nombre no es único y exclusivo, ya que lo comparte con el río Tweed, distintas leyendas y cuentos infantiles hablan de una coincidencia o no. Una versión dice que el nombre tweed se usó por primera vez en 1826 cuando el empleado de un comerciante de telas de Londres recibió una factura de Wm. Watson & Sons con sede en Dangerfield Mills of Hawick en Escocia. Se dice que confundieron la palabra 'tweel' (un nombre escocés para sarga) en la carta. Así que presumió que era una marca para telas de la región del río Tweed. Anunciaron estos productos como 'tweed' y el término se quedó. ¿Realidad o ficción? Parece que nunca lo sabremos.
UN TEJIDO PERFECTO PARA EL FRÍO
A principios del siglo XIX, el alzamiento de la burguesía y el comercio exterior provocó el detrimento de la nobleza y los propietarios de grandes terrenos y fincas en Escocia vieron sus casas deshabitadas y sus grandes fortunas disminuir a pasos agigantados. No fue hasta la llegada de los lores ingleses hasta las Highlands hasta que la situación cambió. Se puso de moda comprar y alquilar fincas rústicas en Escocia como un accesorio más de aquella hoguera de las vanidades (tradición que aun a día de hoy, la realeza británica contempla y mantiene) para celebración de festejos, cenas y grandes bienvenidas. Aquellos robustos trajes de tweed se convirtieron en el complemento perfecto para las salidas de exterior. Un tejido grueso, resistente y perfecto para proteger del frío, la humedad y la lluvia.
EL TWEED DE CHANEL, UN CLÁSICO
En febrero de 2019, el kaiser de la moda ponía fin a una carrera sin límites, ni limitaciones. El diseñador alemán capitaneó los talleres de Chanel durante más de 36 años, donde reinterpretó prendas que Coco Chanel puso de moda en su época y marcaron un antes y un después en la historia de la moda reciente. Inolvidables son las reinterpretaciones de la chaqueta tweed donde supo darle una segunda o incluso, tercera vida al tejido de lana. Supo adaptarlo a la nueva corriente estética demostrando que es una tendencia que, a pesar de todos sus años, puede articular conjuntos juveniles y muy frescos.
MIX AND MATCH
Toma nota del siguiente conjunto para tus looks de día: abrigo de tweed sobre vestido de seda amarillo flúor con motivos florales impresos. Un conjunto mix and match que nunca pasará de moda y con el que triunfarás en cualquier evento y celebración. En cuestión de mezclas, el tweed es un tejido que admite infinitas combinaciones, siendo el protagonista de estilismos totalmente rompedores.
URBANO Y DESENFADADO
Aunque en su versión más clasicista esta chaqueta queda perfecta con falda por encima de la rodilla, si quieres una imagen innovadora no dudes en colocarte una falda larga, preferiblemente de tubo negra. Unos buenos stiletto y un bolso de tipo cartera, hacen el resto para articular un look sexy y muy elegante. Pero todas estas formas de combinarlo pierden el punto esencial que es que, el tweed ahora es universal, y su popularidad nunca ha bajado. Y al final, esto puede no ser solo estilo. La durabilidad robusta de Tweed asegura que nunca se pase de moda. Un tejido y estilo de vestir que se transmite de generación en generación.