El protagonista absoluto de la primera parte del desfile de Vera Wang fue el color blanco. Estas piezas definen las formas de toda la colección: chaquetas asimétricas, de cinturas definidas y con volumen en las caderas, vestidos con transparencias y largos desiguales y calados cortados al láser, adornando los diseños.
Los tejidos van desde el algodón hasta la seda, pasando por la organza y el chiffon. De aspecto limpio y pulcro, son telas ligeras, llenas de movimiento, pero a la vez con la suficiente entidad como para sostener los complicados patrones de la diseñadora.
Sin embargo, la paleta de colores no se queda en la monocromía, sino que el blanco comienza a adornarse con un psicodélico estampado, que finalmente conquista los diseños por completo. Además, los tonos rosas, amarillos, azules claros y azules Klein aparecen para aportar dinamismo y fuerza a la colección.
Propuestas de Vera Wang para primavera de 2012Wang marca la diferencia
En esta ocasión no encontramos los típicos gowns destinados a la alfombra roja, que podríamos esperar de una diseñadora que triunfa en la moda de novia. Wang tiene un punto de vista más arriesgado y moderno, parece querer transgredir los límites, huyendo de las formas y diseños que tradicionalmente se le atribuyen. Así, los vestidos de noche están desestructurados, y son casi como un collage de distintas prendas. No hay piezas para la reina del baile, sino creaciones originales y diferentes, subidas en rotundas sandalias de plataforma.
En cuanto a los looks de belleza, son de lo más asépticos. El maquillaje se reduce hasta su mínima expresión, jugando con el blush y el iluminador, para dar vida a unos rostros que casi parecen un lienzo en blanco. El cabello tiende a los recogidos de efecto despeinado, como si se hubieran realizado sin esfuerzo. Esta discreción tanto en maquillaje como en peinado está orientada a convertir los diseños en protagonistas absolutos de la colección.
