Sarah Burton, actual diseñadora y directora creativa de la firma tras la muerte de Alexander McQueen, ha apostado por el color negro y un claro acento victoriano en la colección pre-fall del 2012.
La colección, con un marcado trasfondo gótico, sigue conservando su señas de identidad: siluetas muy marcadas y amplias faldas en corte "A".
Elegancia y excentricidad
Esta particular inspiración renacentista se traduce en vestidos brocados con capa incorporada, cinturas muy marcadas con anchos cinturones que hacen la función de corset e incluso trajes de chaqueta que combinan túnica con pantalón. Las camisas blancas de mangas abullonadas, dramáticos vestidos con forma de campana y chaquetas con faldón, también estuvieron presentes en este avance otoñal.
Los vestidos de fiesta, espectaculares; se caracterizaron por los corte princesa, corpiños adornados en algunos casos con románticos estampados florales, y faldas largas transparentes.
Los detalles de terciopelo, cinturones-corset utilizados tanto para vestidos como para marcar cintura en trajes de chaqueta masculinos y las transparencias adornadas con flores, fueron los puntos clave de esta colección.
En cuanto a color, aparte del negro, predominaron el burdeos, berenjena, y rojo sangre.
Según la propia diseñadora, la colección surgió como una mezcla de varias corrientes: el folk, arte romano y español, que luego mezcló con la moda victoriana y la costura de los años 50.
Esta colección llena de excesos y extravagancia, contrasta con la línea McQ pre-fall 2012 (la línea más accesible de Alexander McQueen), de piezas mucho más sobrias y estilo casual, que algunos de sus seguidores han criticado por haberse alejado del espíritu de la marca.