Nos encantan estas celebraciones para ver el desfile de vestidos y diseños, exclusivos en algunas ocasiones, por los que se decantan a lucir las mujeres de la realeza. ¿Qué vestido han elegido? ¿Les favorece, o todo lo contrario? ¿Quién es la mejor y la peor vestida? ¿Es fiel a su estilo? En Bekia Moda respondemos a todas estas preguntas.
Victoria de Suecia, la mejor vestida en la boda de su hermana
Arrasó tanto en la coronación de los reyes de Holanda, Guillermo y Máxima, como en la cena previa y por supuesto, en la boda de su hermana la Princesa Magdalena de Suecia. El estilo de la heredera al trono sueco comienza a hacerse un hueco en el mundo de la moda y ya muchos la consideran una de las monarcas más elegantes y apropiadas, con unos outfits que comienzan a imitarse.
Para la asistencia al enlace, la futura reina Victoria de Suecia acudió con un vestido elaborado en gasa y en color violeta sobre el que se superponía una fina capa en la que estaban bordados delicados detalles de brocados en tonos beige y plata. Un vestido impresionante con parte superior plisada y de acabado en cola que culminó con un moño postizo. Una sencilla tiara, un collar de varios niveles y un maquillaje muy natural dieron al look los discretos aires de realeza que requería la ocasión.
También apostaron por el color malva la novia del Príncipe Carlos Felipe de Suecia de Suecia, Sofia Hellqvist, con un precioso y sencillo vestido, sin más adornos que una sencilla costura bajo el pecho y la Princesa Marta Luisa de Noruega, quien no llamó demasiado la atención a pesar de la larga cola y volumen de su vestido.
Mary de Dinamarca y Tatiana de Grecia, defendiendo los colores de la temporada
En segundo puesto colocamos a Mary de Dinamarca. La princesa presumió de diseño y tipazo con un elegante vestido de bordados transparentes que ya quisiéramos más de una. El vestido, de un llamativo color coral y acompañado con unos zapatos y sobre plateados, estaba originalmente combinado con una capa desnivelada del mismo color.
Las de Grecia tampoco se quedaron atrás. La Princesa Tatiana también deslumbró con un envidiable vestido en color azul cielo muy sencillo y vaporoso. Escote palabra de honor de corte corazón y cuerpo drapeado que resaltaba su preciosa melena rubia y tono de piel.
Por su parte, la princesa Marie Chantal, quien en su boda también lució un espectacular Valentino, al igual que Magdalena de Suecia, decidió apostar por el blanco impoluto. Con un sencillo y uniforme diseño de Chanel que incluía pequeños detalles bordados en mangas, cuello y cintura a juego con un sobre geométrico en tonos plateados, desfiló firme y elegantemente junto a su marido. Gracias a la sencillez y distinción de sus propuestas, les damos el tercer y cuarto puesto. Sin embargo, lejos de sus paisanas se quedó la Princesa Teodora de Grecia. Un vestido muy elegante, pero poco adecuado para su figura.
Maria Cavallier de Dinamarca también eligió, al igual que la princesa Tatiana de Grecia, por un vestido vaporoso y en tonos rosa pastel: una apuesta muy cercana a la imagen de princesa de cuento que todos conocemos y con la que deslumbró a los asistentes. Por su parte, Charlene de Mónaco, que acudió sola a la ceremonia, lució un vestido marrón que aunque lejos de responder a las exigencias de los tonos de la temporada sí que se apuntó un tanto gracias a la tendencia peplum. Sin joyas y con un mini bolso marrón, supo defender el estilo sobrio y elegante que la caracterizó.
Mette-Marit de Noruega continúa sin acertar en sus estilismos
Decepcionó en la ceremonia de entronización de Guillermo y Máxima de Holanda y si a alguien le quedaba alguna esperanza de que pudiera subsanar sus desafortunadas apuestas, el look elegido para esta ocasión no logró lo que se esperaba. Demasiado encaje y una capa muy cercada que más bien parecía una especie de babero. Al menos, la Princesa Mette-Marit de Noruega supo acertar con la tendencia de los colores pastel. Pero el tono tampoco terminaba de favorecerla.
Si la figura de la princesa Teodora salió poco favorecida con el corte de su vestido, cosa parecida le ocurrió a Sofía de Wessex. Aunque espectaculares y verdaderas obras de arte con detalles muy elaborados y cuidados fueron los vestidos de la Reina Silvia de Suecia y Stéphanie de Luxemburgo, se alejaron de la tendencia predominante entre las invitadas hasta casi desentonar.